Cuando quieres emprendes las preguntas más usuales son “¿Qué negocio monto? ¿Qué me puede ir bien? ¿En qué soy buena?”. Pues hoy te traigo una técnica japonesa para que analices, antes de emprender, qué negocio puedes montar pero con un propósito bien definido. Es la filosofía del Ikigai aplicada a los negocios.
Índice de contenidos
¿Qué es Ikigai?
En la cultura japonesa el Ikigai significa: “la razón de vivir”, “aquello por lo que te levantas cada mañana”. Esta Filosofía plantea que todos tenemos un Ikigai, pero para llegar a él se necesita una profunda introspección, no es fácil, pero sí revelador, satisfactorio, proporciona una gran felicidad y trae sentido a tu vida.
Este concepto de vida, trasladado al emprendimiento, es una de las herramientas más poderosas, porque no parte de lo racional sino de lo emocional. Si nos basamos en nuestro Ikigai para crear un negocio estaremos emprendiendo desde el corazón.
Conoces esa frase que dice “Trabaja en lo que te gusta y no trabajarás ni un sólo día de tu vida”? Pues el Ikigai de los negocios trata de eso. De encontrar algo que te apasione hacer y por lo que te paguen. Suena bien, ¿no?
El Ikigai en los Negocios.
No sólo se trata de un negocio que te entusiasme, debe ser también rentable, sostenible en el tiempo y que aporte algo al mundo. Se trata de emprender con tus habilidades, emprender desde el corazón (pero con mucha dosis de razón, no lo olvidemos).
Si ya tienes un negocio en marcha, también puedes aplicar el Ikigai de los Negocios, ya que te ayudará a darte cuenta si el trabajo que realizas ahora te satisface del todo, si es el propósito de tu vida o si queda algún vacío que llenar.
Incluso puedes aplicar el Ikigai si eres empleada por cuenta ajena. A veces nos sentimos como si nuestro trabajo no tuviera sentido. Nuestras jornadas laborales se vuelven rutinarias y aburridas. Esto puede ser porque no estamos usando nuestras mejores habilidades, o nos están pagando poco, o tenemos la sensación de no aportar nada a esta sociedad.
Para darnos cuenta de todo esto nos sirve Ikigai.
Así que ¿nos ponemos a ello?
Ikigai: sus 4 pilares.
Te presento a Ikigai:
Como ves en el gráfico del Ikigai hay cuatro círculos principales:
- Lo que te gusta hacer, o ¿cuáles son tus aptitudes? Lo que verdaderamente disfrutas, aquello que te apasiona. Eso que hace que el tiempo vuele y que te genera adrenalina. Para identificarlo puedes pensar: ¿Qué trabajo harías de forma gratuita?
- Lo que eres buena haciendo o ¿cuáles son tus habilidades? Son tus fortalezas, tus habilidades innatas y talento natural. Incluye también las habilidades aprendidas en las que te hayas vuelto muy buena. Son esas cosa que sabemos hacer en un pispás y por lo que todos nos alaban.
- Lo que puedes monetizar o ¿por qué está dispuesta la gente a pagarte? Esta suele ser la parte dónde más emprendedoras fallan. Hace falta fijarse en lo que el mercado requiere para pasar de tener un hobby a un negocio. Debes pensar sobre si la gente está dispuesta a pagar por tus servicios o productos, y cuánto. Esta es la parte más racional del proceso. No basta con tener pasión y una habilidad para tener un negocio exitoso, hay que vender lo que hacemos y debe haber alguien dispuesto a pagar por ello.
- Lo que el mundo necesita o ¿qué vas a aportar a esta sociedad con tu negocio? Porque si no aportas, no importas. Debes pensar que si nuestro entorno no mejora con tu negocio, de nada sirve. Es fundamental que montes un negocio rentable pero que le aporte al mundo de alguna forma. No te limites, el aporte puede ser a tu barrio, o al planeta entero, al bienestar emocional de las abejas, a mejorar la calidad del agua de la India…
Te recomiendo que escribas varias cosas en cada círculo, cuantas más mejor.
Las 4 intersecciones del Ikigai
Una vez completados los primeros círculos, seguiremos con las primeras 4 intersecciones del Ikigai. Estas intersecciones son las cosas que coinciden de los círculos y son:
- Tu Pasión = Lo que amas hacer + En lo que eres buena
- Tu Profesión = En lo que eres buena + Lo que puedes monetizar
- Tu Vocación = Lo que puedes monetizar + Lo que el mundo necesita
- Tu Misión = Lo que el mundo necesita + Lo que amas hacer
Busca qué ideas han coincidido en los diferentes círculos y vuélvelas a escribir en las intersecciones.
Las segundas intersecciones del Ikigai.
Estas intersecciones son un poco más difíciles de entender, pero voy a tratar de explicarme lo mejor posible:
- Sentiremos satisfacción personal, es cuando se mezclan la pasión y la profesión, pero normalmente nos sentimos un poco útiles para con la sociedad.
- Nos sentimos cómodos cuando se mezclan nuestra profesión y la vocación, pero no estamos haciendo lo que realmente nos apasiona.
- Te pagan por tu trabajo y aportas a la sociedad, pero tienes sensación de incertidumbre, no te consideras buena en tu trabajo. Es decir, estás padeciendo Síndrome del Impostor.
- Tu negocio te hace sentir feliz y sientes que aportas algo bueno al mundo, pero tienes bajos ingresos económicos por tu trabajo.
Estas intersecciones son útiles sobre todo si ya tenemos un negocio, porque podemos identificarnos con una de esas situaciones. En ese caso, ya casi lo tenemos pero debemos trabajar para estar en el centro del gráfico.
En el centro, en el Ikigai es donde está en equilibrio lo que amas hacer, aquello en lo que eres buena, el trabajo con el que aporta bienestar al prójimo, y además hay gente dispuesta a pagar por ese producto o servicio.
O lo que es lo mismo, confluyen tu pasión, tu profesión, tu vocación y tu misión, y van todas encaminadas hacia un mismo rumbo.
Sólo cuando consigues ese equilibrio, has encontrado tu Ikigai.
El trabajo de tu vida.
Si conviertes el Ikigai en tu emprendimiento, será la razón por la que te levantes cada mañana, feliz, motivada, realizada, bien remunerada y satisfecha.
Sé que este gráfico es complejo. A veces se necesitan varios intentos para poder rellenarlo y sacar alguna conclusión clara. Si te resulta muy complejo la primera vez, te traigo una versión simplificada, que para empezar te puede resultar útil.
Piensa en tu negocio ideal, ese que tienes en mente o ese que acabas de iniciar, y hazte estas preguntas:
- ¿Lo que hago/haré en este negocio realmente me gusta / apasiona?
- ¿Mis habilidades (innatas o aprendidas) son útiles para resolver un problema / necesidad de mis clientes?
- ¿Hay clientes dispuestos a pagar por mi servicio o producto un precio justo?
- ¿El servicio / producto que vendes aporta algún tipo de valor social, medio ambiental, etc a las personas de mi entorno?
Si las respuestas son afirmativas y tienes bien desarrollado el Plan de Negocios de tu emprendimiento, tienes el éxito asegurado.
¿Por qué menciono ahora el Plan de Negocio si habíamos hablado de emprender desde el corazón? Como ya he dicho antes, además de ser un negocio con corazón debemos asegurar que el emprendimiento encuentre un buen nicho, que sea rentable y sostenible en el tiempo. Eso se encuentra desde la razón, desde el análisis, con números en el papel que conformen un Plan de Negocio sólido.
Opinión personal sobre el Ikigai para emprender.
El Ikigai es una herramienta muy potente si se hace bien (esa es la parte difícil). Emprender desde la razón está muy bien, pero debemos ponerle también sentimiento a nuestro negocio. Emprender desde el corazón garantiza un negocio con propósito pero puede fallarnos la estrategia.
Plantear el proceso de emprendimiento desde el equilibrio emocional-racional nos garantizará una vida con propósito y aunque el camino, ya te aviso que será un poco más complicado, también te aseguro que será más satisfactorio y con menos probabilidades de fracaso.
¿Tú que opinas?
Si quieres puedes compartir los resultados de tu Ikigai conmigo.
Te leo en los comentarios.